Joan Roca. Creatividad desde la gastronomía
Queremos llegar lejos, no rápido.
Dentro de los actos preparados con motivo del XX Aniversario del Museo Guggenheim Bilbao ayer se celebró la esperada charla de Joan Roca, chef de El Celler de Can Roca, en el ciclo de charlas Creatividad desde la gastronomía en el auditorio del museo.
Además de la charla, que ahora pasaré a comentaros, su participación se completa con la Cena a 4 manos que preparará esta noche junto a Josean Alija, chef del Nerua, e ideólogo de esta aventura.
Después de una pequeña introducción por parte de la responsable del museo Guggenheim, Josean Alija pasó a presentar a Joan Roca, chef catalán conocido y reconocido internacionalmente, al que le une una gran amistad y admiración.
Empieza la charla y Joan nos enseña imágenes de su infancia, de fondo el restaurante de sus padres. Una casa de comidas situada en una zona obrera de Girona, levantado con mucho esfuerzo y empeño. El mismo lugar donde sigue hoy en día, donde han crecido y han desarrollado esa pasión, esas ganas de crecer y de aprender. Tiempo después él y sus hermanos abrieron El Celler de Can Roca, la masía, como Joan la denomina, pegadito al restaurante de sus padres. Hace 10 años cumplieron su sueño, como él mismo dice con esfuerzo, sacrificio, valentía y un poco de inconsciencia.
La masía era su sueño, ahora su realidad , el lugar donde tener su restaurante, un sitio cómodo, bonito, amplio, donde poder crear, investigar, experimentar….y emprender nuevos proyectos. No sólo cocinan, forman a estudiantes, les trasmiten conocimiento y aprenden de ellos. Tienen su “Roca-lab”, un laboratorio donde crecen en conocimiento y pensamiento, donde cada vez se exigen más y donde son capaces de crear a tres bandas.
Su manera de trabajar se puede definir con tres palabras: Curiosidad, atrevimiento y conocimiento.
Nos habla de su proceso creativo. De los conceptos que definen su cocina: Producto, academicismo, memoria, tradición, paisaje, cromatismo, poesía, dulce, libertad, atrevimiento, magia, sentido del humor, innovación, perfume, transversalidad, vino, producto. Y… como el tiempo manda en esto de las charlas, nos habla brevemente de algunas de ellas.
Nos habla de memoria, de recuerdos, del deseo de proporcionar momentos de felicidad con su plato.
Nos habla de tradición, de la necesidad de no olvidar la cocina popular.
Nos habla de transversalidad, de mezclar cosas, de unir mundos, de querer hacer algo más.
Nos habla de paisaje, de su cercanía al mar y de su archivo de plantas y flores, que utilizan en su cocina, de la destilación que realizan con ellas, creando su propio aguardiente.
Nos habla del Taller, donde reutilizan gran parte del vidrio que consumen en el restaurante, lo que les permite crear nuevos objetos, vasos, recipientes, platos… Dan otra vida al vidrio y lo más importante consiguen recursos con los que dan trabajo a personas en riesgo de exclusión social.
Nos habla de libertad. Libertad para viajar y conocer otras culturas, otras cocinas y otros alimentos.
Nos habla de la conciliación, de cómo un equipo de 75 personas puede trabajar en armonia, y de cómo la clave de su éxito es el propio equipo. Sus cocineros quieren estar el El Celler de Can Roca, tienen pasión y talento y lo transmiten.
Hasta aquí habla Joan Roca. Llegado el turno de las preguntas, se habla de sencillez, de como hacen felices a gente, de como generan experiencias a través de sus platos. De la experiencia de viajar, de lo aprendido, y de como plasman ese aprendizaje en sus platos. De trasmitir emociones a través de comida.
Se acaba el tiempo, termina la charla. Me marcho con la sensación de haber conocido a la persona, no sólo al cocinero. Es verdad que nos ha hablado de cocina, pero sobre todo nos ha hablado de sentimientos, de sensaciones, de deseos, de sueños y sobre todo de familia.
Me quedo con una de sus máximas, “SOMOS FELICES HACIENDO FELIZ A LA GENTE”.
*Fotografía de cabecera- Retrato de Joan Roca by Joan Puyol Creus