San Antontxu, una cita ineludible en Mungia
Mucho más que una feria agrícola
A pesar de que San Antontxu es una cita ineludible en Mungia he de confesar que es el primer año que voy. Este pasado jueves, 18 de enero, se celebró, un año más, la feria de San Antontxu, se celebra el día siguiente a San Antón y en ella encontrarás además de muy buen ambiente, exhibición de ganado, productos artesanos, plantas, los mejores productos de nuestros baserritarras, talo, txakoli y el concurso de Euskadi de morcillas y chorizos.
Mungia es un lugar que recuerdo con cariño por diferentes motivos. Cuando era pequeña pasábamos todo el verano en Bakio, un pueblo costero muy cercano, y cuando los viernes mi aita ( mi padre) venia para pasar el fin de semana todos juntos, hacía una parada en la Carnicería de Rafa, aún hoy recuerdo la calidad de sus productos, ¡¡menudas chuletas!! Otra casualidad de la vida quiso que mi amiga I se casara con un “lugareño” y se quedara a vivir allí. Reconozco que la visito menos de lo que debería pero, lo bueno de su amistad es que no me lo tiene en cuenta. 🙂 También he ido alguna vez a su mercado semanal, creo que son los viernes, es una maravilla ver la calidad del producto y poder hablar con los baserritarras…
Pero bueno, a lo que vamos. El jueves acudí prontito, en autobús directo desde Bilbao, que por cierto se llega en un pis pás. Después de toda la semana lloviendo, el sol nos acompañó durante toda la jornada. Nada más llegar encontré una gran carpa de los estudiantes de formación profesional donde tenían expuestos los proyectos que realizan en el curso. Seguido una serie de puestos de productos totalmente artesanales. Desde colchas de patchwork, hasta pastas de té elaboradas por un grupo de mujeres árabes, pasando por joyeria. Hasta se sorteaban tickets para una gran mariscada de una conocida pescadería… Pero lo que más me llamó la atención fue ver a una chica joven hilando lana con una rueca y ver los productos que realizaba después con esa lana. Me encantó ver como trabajaba concentrada y metódicamente.
Llegamos a la zona de los puestos, un montón de casetas nos ofrecían lo mejor de cada casa, frutas y verduras, panes, nuestro tradicional pastel vasco, embutidos de todo tipo, conservas de pescado, patés, cervezas artesanas, gildas, mermeladas, caracoles ecológicos… seguro que me olvido de alguno. Aún era pronto y se podía ver cómodamente el género y charlar con los productores.
Mi paseo me lleva hasta una gran carpa donde se está celebrando el concurso de morcillas y chorizos de Euskadi. Un montón de ollas llenas de éstas delicias están a punto para la cata del jurado. Los puestos de talo ya están en plena ebullición. El aire huele a brasa y los amigos de Loiuko están cortando raciones de un txon que ha estado 12 horas asándose lentamente al aire libre. Como siempre un éxito, suave y delicioso. Otro puesto que no me podía perder era el de Sandra, de Baserriko Hamburguesa, un rato de charla con ella y un pintxo de su hamburguesa de carne de su propia ganadería es el alto en el camino perfecto para coger fuerzas entre puesto y puesto.
Los puestos de talo eran los protagonistas a medio día. La música tampoco falta y durante toda la mañana un grupo de txistularis va de kalejira por el pueblo.
Aún había mucho que ver aunque cada vez era más difícil moverse entre las miles de personas que acuden fieles a esta cita. Mi día termina en una terraza disfrutando de un café, risas y buenos amigos.
Según tengo entendido este fin de semana se organizan conciertos, actividades culturales, cross popular y bertsolaris, entre otros actos. Según palabras del propio ayuntamiento, quizás sea la fiesta más popular en el mes de enero en Bizkaia.
¿Quién se apunta a la edición del año que viene?
Precioso artículo !!
Muchisimas gracias, me alegro que te guste María José! Gracias por leerme!! 🙂
Perfecta descripción del evento. Eres una artista!
Jaja, gracias Inma! Qué ilusión que te haya gustado 🙂 Musus!!